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TRANSIBERIANO

Alojamientos

Existen diferentes tipos de alojamiento adaptados a las necesidades y gustos de cada uno. Los albergues no abundan en Rusia, siendo necesario recurrir a otros tipos de alojamientos en diferentes ciudades del recorrido.

En la fecha en la que actualizo estas líneas (octubre de 2010) el albergue Traveller’s Guest House ha dejado, por fortuna para sus clientes de existir (ver relato) al menos no lo he localizado por ninguna parte, aunque alguna de sus agencias filiales siguen trabajando (Star Travel, Infinity Travel). En 2005 las opciones de albergue eran escasas, y tan solo era cuestión de suerte de dar con un albergue honesto. Hoy día la oferta es mucho mas amplia en Moscú y en otras ciudades rusas, aunque Siberia sigue siendo una región poco desarrollada en ese sentido (no asi en algunas ciudades concretas), lo que la rinde más desafiante a los ojos del viajero.
La razón que me llevo a reservar el TGH en primera instancia fue que aparecía en casi todas las informaciones que había buscado, por lo que imaginaba que podría tratarse de un lugar indicado para pasar unos días. La intuición no siempre funciona.

En las ciudades donde no hay albergues, los hoteles suelen ser un recurso que no siempre se adaptan a los bolsillos de los viajeros. Partiendo de esta base, uno puede hospedarse en casa de una familia rusa y de paso conocer algo más de su cultura y sociedad de forma directa. Para ello existen varias agencias, una de ellas es conocida como HOFA, aunque nunca llegué a recibir ninguna respuesta de su parte, lo cual me hizo dudar de su reputación. Al final busqué por mi cuenta y encontré varias agencias siberianas (en Novosibirsk y Vladivostok), y obtuve respuesta inmediata por parte de sus responsables. El resultado fue magnífico, una gran experiencia a pesar de las dudas iniciales en contratar este tipo de servicios.

Se pueden acudir también a las komnaty otdykha, presentes en muchas estaciones rusas, ideal para una corta enstancia en una determinada ciudad. Consiste básicamente en una habitación compartida con 5 ó 6 viajeros (en general rusos), y baño compartido pero limpio en la misma planta. Me consta que en algunas estaciones no está permitido el acceso a extranjeros. Es importante tener un mínimo de conocimientos de ruso para poder responder a las preguntas de la "amable" recepcionista. Para los aficionados al ferrecorril es muy recomendable, uno está inmerso en la actividad ferroviaria de la estación.

Otro aspecto que funciona muy bien es el boca a boca de otros viajeros en ruta. Siempre hay cruce de caminos e intercambio de impresiones en alguna ciudad, por lo que uno puede dejarse llevar por los consejos de quien viene de visitar una ciudad a la cual nos dirigimos. Tal fue el caso para el hospedaje en Ulan-Bator. Lo lleva una pareja mongola-coreana muy simpática, todo ello en una perfecta organización.

Finalmente en Pekín hay infinidad de albergues, uno se pierde en su listado de alojamientos. El que cogí está cerca de la Plaza de Tiananmen, y sus impecables instalaciones no tienen nada que ver con el albergue tradicional. Indicado para personas, parejas o grupos que van por libre. El viajero que busque relaciones sociales preferirá otro con más ambiente, mucho más pequeño y familiar.

Un dato a tener en cuenta. Dada la magnitud del viaje, no siempre se puede cumplir con el planing del recorrido que habíamos establecido, y que puede ser alterado por mil causas diferentes. Si bien es cierto que un viaje a Rusia exige cierta organización, al final siempre surgen imprevistos en un viaje tan largo. Reservar todo no es una mala opción, pero no deja margen a la improvisación, a viajar libremente sin estar "atado" para llegar a un determinado lugar a una hora concreta. La primera parte del Transiberiano en 2005 está basado en el primer modelo de reserva anticipada, en tanto que la segunda parte y todo el Transiberiano de 2009 se inspira en un modelo mucho más libre de improvisación en ruta.